Opinión

El Maestro Yeshua

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Foto: (Especial)

La semilla de Yeshua, de Jesús, de Cristo, del gran Jefe y Guía, que es la materialización de la causa activa del amor supremo en este Universo, y a quien le fue encomendado el orden de regreso a la Fuente para la humanidad, está latente en cada uno de nosotros. Jesucristo es el más intenso y cercano representante de las enseñanzas de sabiduría divina espiritual heredadas desde el Tres Veces Grande, Hemes Mercurius Trismegistus, que los egipcios consideraban la encarnación de la Mente Universal y cuyas enseñanzas fundamentales están incorporadas en las escrituras místicas de todas y cada una de las razas de la Tierra para conocer a Dios, a la naturaleza y al ser humano.

Jesús es el pulimiento de todas las enseñanzas, o una especie de código maestro para recuperar el lugar y nuestra propia liberación en el entramado universal. Jesucristo estaba encarnado en un cuerpo humano, pero su ser infinito obviamente era inimaginablemente más grande y poderoso que lo que era evidente. La sencillez y al mismo tiempo la contundencia de su mensaje fue aceleramiento más grande conocido hasta hoy de la evolución que le otorgó a la conciencia humana.

En estos tiempos de cambios y crisis mundiales inminentes es que es fundamental que los humanos volteemos la vista hacia un panorama nuevo cuyo punto de partida es la apertura del corazón que nos vino a mostrar este gran Maestro. Independientemente de la religión que cada persona profese, las enseñanzas de Jesús el Cristo, nos revelan el camino más rápido y el único camino seguro para estar en paz y verdaderamente amar al prójimo como a uno mismo, y viceversa.

Esa chispa eléctrica que se siente en el corazón cuando algo nos conmueve en lo más hondo, es la llave al magma de oro transformador que llevamos dentro y que el Maestro Jesús abrió ante nuestros ojos humanos. En estas pascuas, recordar su mensaje es también para dedicarle aunque sea sólo unos minutos del día a generar esta sensación y abrir esta puerta como una entrada al centro de comando desde donde podemos sanar a nuestro mundo. Para sumergirnos en la indescriptible magia de vivir sus enseñanzas como algo real, si así lo elegimos.

Todo cuanto vivimos se va creando momento a momento por medio de nuestras elecciones, así que entre más conscientes seamos de lo que estamos eligiendo, más podremos elegir desde la conciencia, desde el lóbulo frontal en donde esta se desarrolla, y no desde el cerebro reptiliano o desde los institintos y desde el enojo, la ira, la frustración y la separación que sólo es comprendida desde el hemisferio izquierdo o lineal del cerebro.

Los grandes descubrimientos de la física cuántica han demostrado que el Universo es todo menos lineal, y que por esto, lo que llamamos milagros, no son más que, como dice la autora Marianne Williamson, la manifestación del amor haciendo su trabajo. Que estos días cumplan su propósito para hacer vida las enseñanzas del más grande Maestro que ha pisado la Tierra, Jesús el Cristo, en cada uno de nuestros pensamientos, palabras y obras, desde lo más ínfimo hasta lo más grande. Dejemos entrar a la dimensión, vibración y frecuencia Crística en nuestras vidas, y así, darle de nuevo la bienvenida.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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